¿Existen los objetos malditos?
Nos preguntamos si existen los objetos malditos pensando siempre en posesiones diabólicas y películas de terror.
Normalmente sabemos que nosotros y nuestras mascotas nos encontramos vivos. En ocasiones olvidamos que las plantas también están vivas, pero siempre olvidamos que los objetos inanimados, las cosas, manifiestan cierta forma de vida, por llamarlo de alguna manera. Me refiero a que si bien no son organismos biológicos, atrapan y se impregnan de las energías circundantes.
Los objetos malditos no necesariamente son terroríficos, ni su origen tiene por qué ser espeluznante. No es el objeto en sí, sino la energía que propaga o aquella que nosotros percibimos en él.
Cuando hablamos de los espejos, es obvio que si han reflejado hechos violentos o tristes, de algún modo guardan y conservan esta energía.
Cuando uno conserva cualquier tipo de objeto que al verlo suscita malos recuerdos, también está ayudando a propagar energía negativa o energía que va atrayendo bajos astrales. Cualquier objeto, sin que medie maldición alguna sobre él, puede estar atrayendo bajas energías cuando las despierta en quien lo usa y atesora.
Imagínate ahora cuántas cosas tienes en tu hogar o negocio, que podrían estar fomentando una energía sucia y corroborando, sin quererlo tú, que sí existen los objetos malditos.
Te sugiero que recorras tu hogar/negocio observando con tranquilidad y calma todas las cosas que hay, desde muebles hasta objetos decorativos. Piensa detenidamente cual es la primera sensación que te producen. No importa lo que poseas ni de donde provenga, sino lo que te inspira ese objeto.
¿Por qué hay objetos malditos en casa?
Porque nosotros los dejamos estar, a menudo los compramos, los recibimos como regalos y los conservamos; a veces provienen de una herencia, o incluso de alguien a quien quisimos mucho.
¿Y entonces como es posible que existan objetos malditos?
Energía, energía, energía. Aunque quieras mucho a la persona de la cual heredaste tal o cual objeto, si cada vez que lo usas o lo ves, te provoca angustia, añoranza o pena, estás convirtiendo a ese objeto en algo maldito. Si la energía que despierta y fomenta en ti es negativa, atraerá negatividad, vibraciones bajas, entes negativos, en resumen, bajos astrales.
No siempre la existencia de objetos malditos proviene de hechos violentos, como asesinatos. Se transforman en malditos por la energía que irradian, al menos, la que irradian hacia ti cuando estás cerca de ellos.
Existen los objetos malditos porque los cargamos de energía tóxica. Un objeto en sí mismo no es más que un conjunto de materiales combinados para dar determinada forma y aspecto. Por ejemplo, un muñeco vudú no es más que un muñeco sin la energía toxica o maligna con la cual se lo carga.
Cuando tú enciendes una vela blanca, la vela por sí misma no purifica el ambiente; puede que lo perfume y lo ilumine de manera agradable, pero finalmente es tu intención la que alimenta y retroalimenta la energía purificadora que limpiará el ambiente.
¿Cómo librarte de energía tóxica?
Uno de los principios de la energía viva es que todos y todo está relacionado entre sí a través de ella. Por eso es tan importante vivir con lo que nos gusta. No se trata de comprar cosas porque nos gustan y punto, sino de no amontonar y mantener la energía lo más limpia posible. Si el ambiente en el que vivimos está contaminado, las relaciones humanas que nos acompañan son negativas y nuestro entorno está abarrotado de objetos, es más probable que la energía que nos acompañe sea muy negativa y tóxica para nosotros mismos.
¿Cuántas cosas, entre regalos y compras que has hecho porque querías, tienes en tu casa?
Ya no te hablo de lo que guardas en los armarios, sino simplemente de lo que ves cuando caminas por las habitaciones.
Ah, me olvidaba, además de lo comprado y los regalos, también están los objetos heredados. Si has leído otros artículos del Blog, ya sabes que los objetos heredados tienen una responsabilidad esencial en el ambiente y la energía que hay en tu hogar.
Como bien saben los Maestros de la Sabiduría ancestral, toda la energía que nos rodea, interactúa con nosotros, cambia y nos cambia. Si bien no podemos modificar siempre esa energía, existen muchas otras veces en las que está totalmente en nuestras manos mejorarla o empeorarla.
¿Cómo reconocer objetos malditos?
Aunque parezca mentira, el Autoconocimiento tiene mucho que ver en la calidad de la energía que nos rodea y de la que nos rodeamos.
Si quieres librarte de energía tóxica, mejorar la que resulta negativa y entender cómo lograr que tu casa siempre sea el refugio de paz que debería ser, pregúntate cómo encontrar objetos malditos en tu hogar:
Ya sea que habites un hogar de un cuarto o de varias habitaciones, el ejercicio es exactamente el mismo. Si la casa está muy sucia y desordenada, quizá te cueste identificar zonas de mayor o menor energía y el tipo de energía que tienen. Por eso te recomiendo que te tomes un tiempo para limpiar y ordenar un poco tu casa antes de iniciar la exploración. No hace falta que te embarques en una limpieza general. Imagina que vas a recibir la visita de alguien con quien no tienes demasiada confianza y quieres que al menos encuentre un lugar cómodo en el que sentarse, y si entra a tu baño, que no tenga que buscar el váter bajo una pila de toallas.
Una vez que hayas ordenado y limpiado un poco, respóndete las siguientes preguntas:
- ¿Qué energía percibes cuando entras en tu casa?
- ¿Te encuentras a gusto?
- ¿Sientes que tu hogar es un refugio de calma y bienestar?
- ¿Qué parte de la casa te gusta más? ¿Por qué?
- ¿Hay alguna parte de la casa que te disguste especialmente? ¿Por qué?
- ¿Te gusta cada uno de los objetos que ves?
Mira los muebles, lo que hay encima de ellos, lo que cuelga de las paredes si es que tienes retratos cuadros, espejos, los cojines del sofá, las plantas, los adornos. Ya sea un hogar minimalista o uno muy sobrecargado, ante cada cosa debes hacerte la misma pregunta mágica: ¿Me gusta esto?
No importa por qué no te gusta. No hace falta que “entiendas” el motivo por el que algunas cosas te disgustan. Si la respuesta y la emoción que suscita lo que sea que estés mirando, resulta negativa, tienes que apartarlo de tu vista. Lo ideal sería que dejaras de amontonar cosas en los armarios, pero a veces, lo que nos causa esa emoción negativa puede ser un objeto familiar, del que no estamos preparados para deshacernos. Si es así, guarda ese objeto; ya es bastante que lo quites de la vista.
Mis propios objetos malditos
Hace años, tuve oportunidad de rescatar unas fotos familiares muy antiguas de mis antepasados. Eran esos típicos retratos de estudio en blanco y negro.
Estaba muy orgullosa que ser la custodia de aquella memoria familiar. Así que, conseguí unos portarretratos muy bonitos que tenía guardados desde hacía tiempo, y coloqué las fotos de mis antepasados en lugares muy visibles del vestíbulo y el salón de mi casa. Siempre que pasaba por allí miraba aquellos rostros pálidos y solemnes de antepasados que por supuesto ya habían fallecido.
Un día, cuando me mudé, tuve guardadas las fotos con sus marcos durante bastante tiempo hasta que ordené convenientemente la nueva vivienda. Entonces y solo entonces, me di cuenta de la angustia que generaban en mí aquellas fotos antiguas. Fue en el momento de sostenerlas, para elegir la nueva ubicación que tendrían en la casa nueva. Después de aquella sensación de vacío, volví a guardarlas en el fondo de un armario y no las coloqué a la vista.
Sigo estando orgullosa de la herencia familiar y de guardar yo esas fotos y otros documentos familiares antiguos, pero estar a diario mirando aquellas fotos, no genera en mí energía positiva, por lo tanto, no lo hago. En este caso, no se me pasa por la cabeza deshacerme de esos recuerdos, lo que tampoco tendría nada de malo; sin embargo, no convivo con ellos.
La energía que percibimos no solo proviene de objetos heredados, también puede estar en cosas antiguas cuyo origen ni siquiera conocemos. Así que, si te gustan los artículos de segunda mano o las antigüedades, pon especial atención a las energías que conservan.