¿Qué es un Egregor?

¿Qué es un egregor?

Pocas personas se preguntan qué es un Egregor y sin embargo, a menudo vivimos dominados y vigilados por egregores.

Qué es un Egregor

Egregor es un concepto del ocultismo. Puede que los conozcas por su nombre coloquial “cascarones”. Podría interesarte leer sobre los bajos astrales en relación con los egregores aquí.

Los Egregores no existen por sí mismos. Sino que toman su energía de los humanos.

Así, por ejemplo, el sufrimiento prolongado de una enfermedad, de la tortura o del dolor psíquico, va dejando rastros energéticos que unidos formarán un egregor.

Ya ves que esto se parece bastante a una larva psíquica. Pues aunque tienen cierta autonomía, su existencia depende de nuestra energía emocional.

Según la energía que los alimenta, los egregores pueden ser:

  • positivos
  • negativos
  • individuales
  • colectivos

¿Cómo se forma un egregor?

“la mente colectiva creada por la gente que se une conscientemente para un propósito común”

autor Gaetan Delaforge

Los egregores forman un campo de energía común a partir de un modo de pensar, de sentir o de actuar de cada uno de nosotros. Es una especie de mente colectiva creada cuando la gente se une conscientemente para un propósito común.

Por ejemplo, un egregor puede ser un club de futbol, una corporación, un país, una ideología, una religión o cualquier entidad colectiva con un código común que se deba adquirir para formar parte.

Cuanto más se adhiere cada persona a esos requisitos o características que definen a tal o cual egregor, más fuerte este se vuelve.

Esta condensación de pensamientos, emociones y deseos que se mantienen, emanan una corriente magnética determinada llegando a tener existencia propia y alimentándose de las personas que los generaron.

Podemos participar de la formación, o formar un egregor de manera involuntaria.

Aunque ahora ya sepamos que la participación en una religión, una manifestación callejera, un partido político, o incluso el formar parte de un club de fans, nos hace copartícipes y co creadores de un egregor. Es muy posible que también hayamos creado y mantengamos un egregor personal, ya sea negativo como positivo.

En el caso de un egregor positivo, será un cumulo de energía de iluminación y sabiduría. Pero en el caso de uno negativo, podría volverse en nuestra contra al retroalimentar los sentimientos oscuros de los cuales surgió.

Los egregores y cómo nos afectan

Ya sabemos que nuestras emociones y pensamientos producen vibraciones de distinta calidad, más o menos luminosa. Cuando la vibración se prolonga en el tiempo y es muy intensa, se forma un egregor.

A veces, un egregor se puede confundir con un fantasma, sobre todo si se materializa con alguna forma. Sin embargo, no tiene que ver con espíritus errantes.

La corriente de energía del egregor es capaz de bloquearnos y estancarnos cuando ha sido formada por pensamientos y emociones negativos. De hecho, existen egregores familiares, directamente relacionados con el karma familiar del cual puedes leer en el siguiente artículo.

Por ejemplo, si el odio o el rencor de una persona hacia otra, es mantenido más allá de la muerte, y heredado por sus descendientes, esa energía común formará un egregor familiar negativo.

Una característica de los egregores, es que se potencian cuando más de una persona comparte la misma corriente energética. Por eso, el alcance y el poder de un egregor es directamente proporcional a la cantidad de personas que lo crean y sostienen con sus emociones y su atención.

¿Por qué el egregor vigila?

La respuesta más directa es que lo hace para no desaparecer o ser eliminado.

Siempre que se convoque un egregor, acudirá hacia el creador humano del que depende para alimentarse. Necesita emociones, intenciones y atención y por eso “vigila” a aquellos que se las proporcionan, acudiendo y manteniéndose cerca.

Esto no sería un inconveniente, si esta entidad fuese convocada por la potencia de nuestros buenos pensamientos.

Por el contrario, cuando una persona o varias se identifican intensamente con algo, dejando que esa energía los invada, sea el enfado, el odio o el amor, el egregor impregnará al individuo y al grupo con la fuerza de una posesión.

La energía de la posesión se manifestará entonces a través de las personas que la alimentan. Y estas personas serán instrumento de una causa compartida.

Suena bien si pensamos en ONGs, y otros grupos que actúan como protectores y benefactores.

El concepto se alimenta y crece con las emociones y la atención que le prestamos, y después, se manifiesta con la intensidad que el individuo o la masa le haya dado.

Pero ¿qué sucede cuando el egregor es el de una pandilla callejera peligrosa, o directamente el egregor de la guerra?

¿Qué tan poderosos son los egregores?

Todo lo poderosos que nosotros queramos que sean. El hecho de prestar atención, emociones y pensamientos durante mucho tiempo a algo, ciertamente potencia esas energías.

Quizá deberíamos preguntarnos a qué entidades conceptuales estamos entregando nuestras energías con nuestros pensamientos, hechos y palabras.

Aunque lo malo y lo negativo no dejarán de existir porque dejemos de pensar en ello, sí somos responsables de prestar atención y emoción a unas u otras cosas.

La calidad de nuestras emociones y palabras no solo participa en la formación de egregores personales, sino que se une a egregores colectivos.

El odio, el resentimiento, el racismo, la preocupación por el medio ambiente, o por tener pensamientos luminosos que mejoren nuestras vidas, también se añaden a los de otras personas alimentando egregores que a menudo pueden volverse en nuestra contra.

Cuando conectamos nuestras fuentes de energía y vibramos en la misma longitud de onda, surge el espíritu de grupo.

“Desde el momento en que, al menos dos personas, comparten una visión, forman un egregor. Algunos tendrán una vida útil corta, otros durarán por siglos: una historia de amor puede durar unos pocos días, el egregor de la iglesia católica tiene más de 2.000 años”

autor Alain Brêthes 

El egregor es como un arquetipo universal, que puede llegar a condicionar nuestros actos sin que seamos conscientes de ello.

Por lo que no solo merece la pena vigilar nuestras emociones y pensamientos, y aquellas ideologías a las cuales adherimos, sino también, saber cómo eliminar a egregores negativos.

Proyecto consciencia global

“Global Consciousness Project” es una experiencia parapsicológica que comenzó en 1998 en la Universidad de Princeton, Estados Unidos.

A través de un dispositivo de medición llamado Egg (huevo), un grupo de científicos ha conseguido capturar la energía de un grupo de personas, que meditaban acerca de un mismo tema. Egg ha generado un gráfico a partir de esta onda de meditación enfocada y colectiva.

Desde entonces, muchos dispositivos Egg se han distribuido por todo el planeta, con el objetivo de detectar una emoción colectiva a escala global.

Estos dispositivos están interconectados a través de la red y registran las variaciones energéticas generadas por el conjunto de pensamientos humanos, cada vez que sucede un hecho importante. Puedes ver desde aquí cómo funcionan en tiempo real.

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