Vísteme despacio que tengo prisa

Vísteme despacio que tengo prisa

La frase “Vísteme despacio que tengo prisa” es tan famosa que ni siquiera se sabe a ciencia cierta quién la dijo. ¿Fernando VII, Carlos III o Napoleón? Los tres son candidatos, a pesar de que ninguno conocía el Movimiento Slow.

Vísteme despacio que tengo prisa describe muy bien el sentido del Movimiento Slow o Movimiento Lento. Una filosofía para volver a ser humanos.

 

Filosofía del Movimiento Slow

  • Comida lenta
  • Moda lenta
  • Ciudades lentas
  • Sexo lento
  • Crianza lenta

Estos 5 pilares son la base del Movimiento Slow, y antes de decir algo de cada uno en particular, es importante definir los valores que fomenta la filosofía del Movimiento Lento.

  1. Respeto por los tiempos propios de los humanos, que no son automáticos ni desligados de emociones, como en el caso de las máquinas.
  2. Aprovechamiento de la tecnología como instrumento para simplificarnos la vida y tener más tiempo libre, en vez de tiranizarnos.
  3. Fomento del consumo sostenible.
  4. Respeto por el medioambiente y la Naturaleza.
  5. Equilibrio entre la modernidad y la tradición.

Quiero vivir más despacio

 

Me imagino que fue lo que pensó el periodista Carlo Petrini cuando en 1986 se encontró con que iban a inaugurar un Mc Donalds nada más ni nada menos que en uno de los lugares más representativos de Roma: la Plaza España.

Así que, a partir de la protesta que encabezó Petrini, se fundó la primera pata del Movimiento: el Slow Food o


Comida lenta:


Promueve un consumo de alimentos más sano y sostenible. Fomenta la compra de productos de temporada en tiendas pequeñas. Promueve un equilibrio en la dieta para que no se sature de grasas malas y una vuelta al disfrutar comiendo, en vez de comer lo más rápido posible para seguir corriendo.


Moda lenta:


Años más tarde surgió la Moda lenta. Lamentablemente la industria de la moda es una de las más contaminantes. Por eso venía muy a cuento empezar el artículo con la frase de “Vísteme despacio que tengo prisa”.

La reutilización, el reciclaje, el comercio de ropa de segunda mano esta hoy en día de moda, pero su origen forma parte de la filosofía del movimiento Slow. La moda Slow unificaría las tendencias de moda ecológica, verde y ética.


Ciudades lentas:


Ciudad lenta o Cittá Slow, (Cittá es ciudad en italiano), promueve ciudades amigables para el ser humano y no junglas de cemento. Ciudades con áreas peatonales y verdes, silenciosas, en las que predominen las pequeñas tiendas en vez de las grandes superficies.


Crianza lenta:


La crianza lenta, aboga por una educación más cercana a la naturaleza y la relación armoniosa con ella. También promueve que no apuntemos a los niños a diez actividades extra escolares pensando que si la mitad son deportes, ya les estamos garantizando una buena salud.


Sexo lento:


El sexo lento, como una actividad humana más tendría su expresión máxima en el sexo tántrico, que en realidad no tiene tanto que ver con una determinada velocidad, como con el hecho de encontrar la propia paz espiritual a través de la práctica sexual.

Todo esto nuclea lo que hoy por hoy conocemos como Movimiento Slow o Movimiento lento. Un movimiento que no depende de una organización en particular sino de la comunidad global.

Los grupos iniciales han ido incorporando a otros y extendiendo la idea de la lentitud a todos los ámbitos del ser humano.

 

¿Por qué vísteme despacio si tengo prisa?

Porque la rapidez atenta contra la tranquilidad interior.

Aunque es una verdad como un templo, Todo el mundo desde hace años, marcha en contra de esa maravillosa lentitud que nos permite desarrollarnos como humanos.

Nosotros mismos nos hemos metido en una vorágine que alimentamos a diario. Demasiadas ciudades, actividades sociales y laborales funcionan con un ritmo que va en contra del ritmo natural del ser humano.

Eso nos enferma física y mentalmente pero cada vez nos hundimos más. Primero, como dice la grandísima Eva Sandoval, a quien admiro porque es una Maestra de vida, hay que reconocer que estamos en un mundo corrupto que para mantenerse, nos empuja a consumir sin control.

Reconocer la realidad no tiene nada que ver con posturas políticas ni religiosas, sino  simplemente con aceptar el punto del cual partimos y en el que estamos inmersos.

La filosofía del movimiento slow no pretende que regresemos a la cueva, ni mucho menos, sino que encontremos el equilibrio perdido entre tecnología y confort, y desarrollo sostenible y tranquilidad.

En realidad, no es nada nuevo: según dicen, Octavio Augusto, primer emperador romano, solía afirmar:

“Caminad lentamente si queréis llegar más pronto a un trabajo bien hecho”

Lo cual es un antecedente claro de “vísteme despacio que tengo prisa”. Parece que la sabiduría ancestral tenía claro que la mejor forma de ganar tiempo es usarlo bien haciendo las cosas con el cuidado suficiente, como para que no tengamos que repetirlas, y podamos avanzar con seguridad.

¿Recuerdas la peli «La estrategia del caracol»? Ese ir desmontando desde dentro las cosas, en ese caso una vivienda, en este caso, un sistema corrupto que nos empuja a consumir más y más.

 

Elogio de la lentitud

“En un mundo adicto a la velocidad, la lentitud es un súper poder.”

Esta frase con la cual estoy totalmente de acuerdo, es del gurú del Movimiento Slow, Carl Honoré, periodista escocés autor del libro llamado Elogio de la lentitud. Libro en el cual  analiza el actual culto a la velocidad.

Ya no tenemos horarios, ¿recuerdas el Domingo CERRADO o domingo libre?

Da igual si te quedas en casa y te pasas el día entero conectado al wasap del trabajo o actualizando tu blog comercial o tu tienda online. Seguimos trabajando las 24 horas, o al menos, sin horarios. Poder decidir nuestros propios horarios de trabajo es maravilloso para conciliar la vida personal y familiar. Pero no es conciliación lo que está resultando de trabajar conectados a la red, sino un trabajo permanente que mezcla y confunde trabajo y ocio.

Incluso aunque estés trabajando en algo que te gusta, hace falta detenerse y conectar con la Naturaleza para no perder el sentido humano y finito de nuestra existencia.

¿En serio necesitamos cursos para desacelerarnos? ¿En serio necesitamos que alguien nos enseñe cómo vivir un día libre con tranquilidad, o cómo esperar sin desesperar?

Pues parece que sí, porque no hacer nada sigue estando mal visto. Aunque yo personalmente creo que está peor visto por nosotros, que por los otros.

 

¿Dónde encuentro ciudades lentas para vivir tranquilo?

 

En todo el mundo hay 27 países que cuentan con ciudades lentas, amigables con la tranquilidad y el medio ambiente. En total, son 176 ciudades que me sería imposible listar aquí. Así que, te dejo las 8 ciudades españolas que actualmente forman parte de la red Cittá Slow y te invito a que encuentres las ciudades lentas aquí.

Municipios lentos en España

Balmaseda (Vizcaya)

Lequeitio (Vizcaya)

Munguía (Vizcaya)

Bagur (Gerona)

Begas (Barcelona)

Bubión (Granada)

La Orotava (Tenerife)

Morella (Castellón)

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