Niños con experiencias paranormales

Niños con experiencias paranormales

Los niños con experiencias paranormales no suelen concederles tanta importancia como los adultos. En especial si se trata de niños muy pequeños, en los que la frontera entre lo posible y lo imposible es menos nítida.

Las experiencias paranormales protagonizadas por menores son mucho más frecuentes de lo que creemos. Lo que pasa es que no nos enteramos de ellas.

Los niños no solo no detectan como algo paranormal los fenómenos que puedan presenciar, sino que no sabrían explicarlos. Y lo que es más inquietante: ¿qué adulto les creería?

Cuando los niños que tienen la experiencia paranormal son algo mayores, se pueden conseguir algunos testimonios interesantes.

 

Archivo paranormal nº 3:

He recibido varios relatos de sucesos extraños que pueden considerarse paranormales, a través del formulario de contacto. Después de analizarlos, he elegido uno que tiene que ver con niños con experiencias paranormales.

Como siempre hago en estas cuestiones, y teniendo en cuenta que hay menores de por medio, los nombres han sido cambiados.

 

Aparición de mano fantasma

María vive sola con su pequeño hijo Javier en un piso bastante grande. Como es su costumbre, después de la comida, el niño se marcha a su habitación, donde permanece jugando hasta la hora de la merienda.

Inmediatamente después de almorzar, María había ordenado la cocina y se había sentado a relajarse viendo un poco de televisión. Como el salón y la habitación de su hijo compartían pared, podía escucharle jugar y hablar solo de tanto en tanto.

Pasada aproximadamente una hora, el niño salió espontáneamente y pidió merendar antes de lo usual. A María le llamó la atención que a pesar del apuro, no tuviese realmente bastante apetito para terminarse la merienda. Daba vueltas con su leche y desmigajaba la magdalena como si tuviese intención de alimentar a unos pájaros, más que a sí mismo.

María pensó que Javi había roto alguna cosa durante la siesta. La miraba de tanto en tanto y esquivaba sus ojos después. Así que ella estaba segura de que quería confesar alguna travesura. Para animarle, lo miró con su mejor sonrisa y preguntó si iba todo bien.

Entonces fue como si no aguantara más: Javi comenzó a repetirle a su madre que quería contarle algo que era verdad, y que le creyera porque él no mentía. Era algo que había sucedido en su habitación un rato antes.

María se dio cuenta de que más que sentirse culpable, el niño tenía la imperiosa necesidad de saber que ella le iba a creer. Por lo tanto se cansó de repetir que confiaba en él y le creía, que hablara con tranquilidad y contara lo que deseaba tanto contar.

Entonces, el niño explicó que mientras estaba solo en su cuarto jugando, una mano transparente, había golpeado el cristal de su ventana.

 

Niños y apariciones extrañas

María preguntó a Javi si no podía ser que algún bicho, como un abejorro o incluso un pájaro, hubiese dado contra el cristal. Pero en cuanto vio que el niño se iba poniendo más y más nervioso por temor a que no le creyera, aceptó lo de la mano y quiso saber más. Como por ejemplo, si la mano era transparente, cómo había podido verla.

Javi dijo que la aparición de la mano fantasma era transparente, porque se veía a través, pero con sombras y contornos azulados, “como el cielo”, describió literalmente.

La mano golpeó el cristal de la ventana de la misma manera que uno golpea una puerta para que le dejen entrar. Entonces el niño prestó atención y la vio claramente al otro lado del cristal de su ventana, que se encontraba cerrada.

Según el niño, la mano no estaba unida a nada, no había un cuerpo, sino solo esa aparición de mano fantasma que  desapareció después de golpearle el cristal.

Cuando María le preguntó qué había hecho después, Javi contestó que se había acercado a la ventana para mirar el balcón; entonces se había sorprendido de no ver a nadie allí. Porque el niño comprendía bien que lo lógico era que si alguien había golpeado su ventana desde fuera era porque se encontraba escondido en el balcón.

“¿Y después?”, preguntó María intentando mantener la calma y convencida de que el niño decía la verdad.

Javi le contó que después, vio pasar una línea de luz, como un rayo pequeño, desde la ventana en cuestión hacia la puerta que tenía cerrada. Él bajó la vista un instante y la línea desapareció, igual que si hubiese traspasado la puerta.

 

Detalles de un testigo paranormal

En este punto, cabe aclarar que la ventana del cuarto de Javi, esta ubicada en el primer piso y se abre sobre un balcón que da a la calle. Pero no es posible salir por ella a ese balcón. El único acceso hacia el balcón es una puerta ubicada en el salón. Justamente, donde había estado María viendo la televisión. La ventana estaba cerrada.

Por lo demás, pensar que alguien se hubiese tomado la molestia de trepar a un balcón cerrado desde la calle, no era factible, dado que no tenía sentido y María lo hubiese escuchado o lo hubiese visto alguien que caminase por la acera en ese momento, ya que la vivienda no se encontraba en un sitio aislado ni mucho menos.

Los niños con experiencias paranormales auténticas pueden dar detalles bastante precisos que sirven para probar la veracidad de lo que están diciendo.

Todavía faltaba un detalle que había causado una profunda impresión en Javi. Entre otros juguetes, el niño tenía un libro de cuentos abierto encima de la cama. Después de pasar el destello, el libro apareció cerrado. María quiso saber qué libro era y así comprobó que se trataba de un libro pesado de tapas duras, que no podría haberse cerrado por sí solo.

Después de ver que su madre le creía y no le castigaba, Javi reconoció que se impresionó pero no tuvo miedo. También dijo que no estaba durmiendo.

Esto último lo podía comprobar la misma María, que le había estado escuchando jugar y leer o hablar solo todo el tiempo.

María reconoció que aunque nunca había negado la existencia de lo paranormal, en general,  siempre intentaba encontrar una explicación lógica para las cosas extrañas. Ella misma hizo de abogado del diablo pero no encontró ninguna explicación para aquella aparición de mano fantasma. Por eso, aceptó que su hijo formaba parte de los niños con experiencias paranormales y decidió regalarnos a todos, a los lectores de este Blog y a mí, este suceso acaecido en su hogar.

 

Archivo paranormal nº 3: Conclusión.

Cuando se trata de niños con experiencias paranormales, no se puede descartar que el testimonio se encuentre contaminado por la imaginación o algún programa de televisión o película. A veces, los niños manifiestan apariciones extrañas, influenciados por imágenes que han causado una gran impresión en sus mentes.

Todo el mundo puede resultar inexplicable alrededor de un niño. Sin embargo, esa confusión entre realidad, juego y ficción, es más propia de niños más pequeños y no de niños de siete años, como es el caso de Javi.

Por otra parte, es justo aclarar que se trata de un niño totalmente sano que no estaba sufriendo alucinaciones, y que en ese momento se encontraba despierto jugando. Por lo tanto, tampoco se trata de un sueño muy vívido.

La misma madre reconoció que no podía ser tan necia como para pensar que todo aquello que no lograba entender fuera fruto de la fantasía y la imaginación.

En este caso de niño con experiencia paranormal, este se mostraba muy preocupado porque su madre le creyera y sintió alivio cuando pudo relatar su experiencia sin censura ni temor a ser castigado.

La misma María relaciona el fallecimiento reciente de su padre, el abuelo de Javi, con la experiencia paranormal del niño. Ella supone que el abuelo fue a comprobar si su nieto se encontraba bien, y luego se marchó.

Es imposible comprobar si esta es la explicación apropiada para la aparición de la mano fantasma, pero a María le vale para quedarse tranquila y saber que ella y su hijo se encuentran a salvo en su hogar.

¿O no?

 

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