Espejos terroríficos

Sucesos Paranormales

Espejos terroríficos

Los espejos no tienen por qué ser terroríficos, a menos que te encuentres algo más que tu reflejo en ellos.

Puede que la leyenda urbana más conocida con espejos terroríficos, sea la de Bloody Mary. ¿La conoces?

Por si acabas de bajar de una nave espacial, o como yo, no eras muy dada a bromas pesadas en el Instituto, te la resumo:

Si enciendes una vela frente a un espejo y mientras das tres vueltas sobre ti misma, dices tres veces “Bloody Mary” es probable que aparezca el espíritu vengativo de una adolescente cabreada.

Para más detalles de esta historia clica en Bloody Mary, pero no cliques 3 veces, solo una.

Este caso no es tan famoso como el de la Sangrienta María, pero es un caso real cuya protagonista sigue viva y preguntándose qué fue realmente lo que experimentó.

Playa del Carmen, México. Se trata de un balneario ubicado en la Península de Yucatán, a lo largo de la Ribiera Maya. Desde luego, no parece un escenario precisamente terrorífico.

La capucha de la muerte

A los 8 años de edad, Guadalupe compartía habitación son su hermano menor, de unos 5 años.

Una noche, se levantó de madrugada para ir al baño. Al regresar, antes de meterse en la cama, se dio vuelta para mirarse en el espejo que había en el cuarto, y fue entonces cuando recibió la mayor impresión de su vida: en la superficie del espejo, se veía un ser encapuchado.

Los gritos de terror de la pequeña despertaron a su hermano y a sus padres, quienes se acercaron a ver qué pasaba. Entre llantos, la niña comprobó que en el espejo ya no había nada, sin embargo, tuvo la certeza de decir:

“La vi, ahí está, la muerte está en el espejo”

¿Pareidolias o premoniciones?

Este hecho fácilmente podría atribuirse a que Guadalupe hubiese experimentado una pareidolia, y la relacionase con un ente con capucha.

Al día siguiente, la familia debía trasladarse al Estado de Tabasco para acudir al festejo del 15 cumpleaños de una prima. Pero cuando se disponían a marchar, la familia les llamó por teléfono avisando de que un tío del padre había fallecido, por lo que la fiesta quedaba suspendida.

Entonces, Guadalupe era demasiado pequeña para atar cabos, pero sus padres, de inmediato relacionaron la experiencia de su hija con un suceso paranormal, más precisamente con una premonición de la muerte.

Pasado el tiempo, la familia se reunió para festejar el cumpleaños de 15 y el suceso fue comentado. Alguien opinó que la Muerte solo había querido advertir del fallecimiento del familiar, pero lo más extraño siempre fue que la niña Guadalupe, no había llegado a conocer ni a ver a ese tío fallecido.

¿Por qué la muerte va encapuchada?

Asimilar un encapuchado con la muerte, se relaciona con el imaginario de nuestra cultura occidental, en la cual la Muerte es algo temido y casi podría decirse oscuro.

De tal concepción, nuestra asimilación de Muerte con emociones negativas y misterio.

La niña mexicana que vivió esta aparición terrorífica en el espejo, estaba recibiendo un mensaje. Si recordamos que ángel significa mensajero. ¿Podría haber visto esta niña mexicana a un mensajero del más allá?

¿Podría haber visto a un ángel?

Nuestra cultura occidental nos condiciona para equiparar lo bello y luminoso con los ángeles, y lo oscuro y tenebroso con los demonios o la muerte.

Pero si consideráramos a la Muerte como un cambio de estado y una evolución, quizá no la imaginaríamos encapuchada y sombría.

Guadalupe ha crecido y es hoy una adulta que sigue preguntándose qué vio.

No estaba dormida porque acababa de regresar del baño, y no sufría de sonambulismo.

Sabe lo que vio pero no qué era. Atribuir la imagen de un encapuchado a la Muerte, es algo típico de nuestra sociedad occidental. La representación de la Muerte como un ser de forma humana es ancestral, pero su imagen encapuchada proviene del siglo XV.

No puede comprobarse que fuese un ser encapuchado, o que no se tratase de una pareidolia.

Por si acaso, ella nunca más ha mirado un espejo por la noche.